La oferta que BBVA ha puesto sobre la mesa para quedarse con Banco Sabadell ha recordado a los pequeños inversores que, en ocasiones, los valores pueden ser objeto de compra. ¿Supone esto una buena noticia para los accionistas? Generalmente sí. Veamos cómo te afecta y qué opciones tienes al respecto.
Concepto de opa
La palabra opa es el acrónimo de Oferta Pública de Adquisición. Se escribe con minúsculas ya que ha sido aceptada por la RAE en el diccionario de la lengua española. Si sigues los mercados internacionales, debes estar atento al término en inglés: Initial Public Offering (IPO).
Se trata en definitiva de una operación por la que una compañía lanza una oferta de compra de acciones a los accionistas de una empresa cotizada. Esta oferta implica valorar la compañía a un determinado precio, que se puede abonar en efectivo y/o mediante canje de acciones con la compañía inicial.
Si la compañía oferente no aspira a controlar la compañía comprada – no pretende tener más del 30% del capital-, puede determinar cuántas acciones quiere y establecer el precio y las condiciones (opa voluntaria).
Pero si aspira a toma el control, o bien a excluir la empresa de bolsa o realizar una reducción de capital, la ley obliga a que la oferta se dirija al 100% de las acciones, con un precio equitativo y sin condiciones (opa obligatoria).
Clases de opa
Los accionistas siempre tienen la potestad de aceptar o rechazar la oferta. Para ello, se pueden dejar guiar por la visión del Consejo de Administración. Este puede considerar que la oferta planteada es atractiva, en cuyo caso sería una opa amistosa.
También puede que el equipo directivo considere que esta oferta se sitúa por debajo del valor real de la compañía, y no aconseje aceptarla. Aquí hablaríamos de una opa hostil.
Incluso puede suceder que, en medio de este tira y afloja, aparezca una nueva oferta por parte de otro comprador interesado, lo que se denomina una opa competidora, que siempre tendrá que mejorar la primera. Si este nuevo comprador viene recomendado por el Consejo, se le denomina en el argot bursátil, un caballero blanco.
Si la oferta prospera, pueden pasar dos cosas. O que la empresa opada siga cotizando o que la empresa compradora la saque de cotización. Si esta es su intención, es imprescindible que la opa que lance sea de exclusión, en cuyo caso la oferta siempre será en efectivo.
Cómo te afecta
El anuncio de una opa suele ser muy positivo, ya que lo lógico es que la oferta supere el precio de cotización de las acciones, pues de lo contrario los accionistas no venderían. En consecuencia, lo habitual es que el valor suba en bolsa.
Tanto es así, que cuando los gestores de fondos analizan compañías en las que invertir suelen valorar como un plus la posibilidad de que puedan ser objeto opa. Incluso hay una estrategia de inversión, denominada event driven, que se centra específicamente en seleccionar valores propicios a eventos corporativos como este.
Si la opa es amistosa y el mercado considera probable que la oferta sea aceptada, la cotización tenderá a ajustarse al precio propuesto. Y si no, la subida que experimente el valor dependerá de la existencia de nuevas ofertas y de la visión que transmita el Consejo.
En este sentido, cuantos más compradores aparezcan, más se puede beneficiar el precio de la compañía, ya que se puede producir el efecto puja, en el que una oferta mejora la siguiente y, en consecuencia, la cotización no pare de subir.
Ahora bien, también tienes que tener en cuenta que se trata de un periodo de alta volatilidad para la compañía, en el que la cotización puede experimentar altibajos al son de las diferentes noticias que influyan en la aceptación de la oferta.
La decisión es tuya
El Consejo puede hacer pública su opinión sobre la opa, pero en definitiva la última palabra la tienen los accionistas. Por tanto, sólo triunfará si los propietarios de la mayoría de las acciones están de acuerdo con la oferta.
En este sentido, no estás obligado a votar a favor ni en contra… depende de ti. Si decides conservar tus acciones, puedes hacerlo. Sólo existe un supuesto en el que estás obligado a vender y es cuando la opa se lanza por el 100% de las acciones y, una vez finalice el plazo, haya sido aceptada por los propietarios de más del 90%.
En ese escenario, y durante los tres meses siguientes, la compañía oferente tiene la posibilidad de obligarte a aceptar la opa al precio marcado, suponiendo que no hayas vendido todavía (squeeze out). Eso sí, tendrá que correr con los gastos derivados de la compraventa.
Si se da este supuesto, en ese mismo plazo de tres meses tú también puedes ser el que obligue a la compañía a que te compre las acciones que no quisiste vender en su día (sell out). Pero si la iniciativa corre de tu parte, serás tú el que asuma los gastos de la operación.
Por otro lado, si la opa es de exclusión y tú no has vendido tus acciones (ni te han obligado a hacerlo), seguirás siendo propietario de las mismas. Pero ojo, porque ya no cotizarán, con los consiguientes problemas de liquidez que esto puede acarrear.
Cómo tomar la decisión
Si decides aceptar la oferta debes manifestarlo de forma expresa a través de una orden de aceptación, que presentarás en el bróker o banco donde tengas las acciones. Puedes revocar esta orden siempre que quieras, hasta el último día de plazo.
Si hay varias ofertas encima de la mesa, puedes decidir cuál de ellas aceptas e incluso aceptarlas todas, estableciendo cuál te parece prioritaria.
Pero antes es importante que te formes tu propio juicio sobre el tema. Para ello, tienes varios documentos a tu disposición, tanto en la web de la compañía oferente como en la de la compañía objeto de compra (así como en la CNMV).
El principal es el folleto de la opa, en el que debe constar el precio, el plazo de aceptación (que debe situarse entre 15 y 70 días), las condiciones, la finalidad de la operación y, en términos generales, todas las características de la oferta.
Este mismo documento también viene resumido en el anuncio oficial de la opa.
Por otro lado, el Consejo de Administración suele expresar su visión de la operación por escrito, en un informe que también puedes consultar.
A menudo, los medios de comunicación cubren la evolución de la opa, lo cual te proporcionará información complementaria así como las valoraciones de distintos analistas.
Finalmente, no basta con informarse inicialmente de las condiciones de la opa. En una oferta de compra pueden suceder muchas cosas: una mejora de la oferta inicial, la aparición de un segundo comprador, etcétera. Por tanto, es importante estar atento a la presentación de hechos relevantes ante el regulador, así como al seguimiento de la noticia en prensa.