pistas para reorganizar tus finanzas tras las vacaciones

El verano es el momento perfecto para desconectar y disfrutar de la vida. Pero a menudo el ocio y el relax van acompañados de un mayor gasto que puede dejar tu cuenta corriente temblando. Por eso toca, poco a poco, volver a la realidad y empezar a reorganizar tus ahorros. ¿Te agobia la idea? Nada de eso. Piensa que cuanto mejor planificadas tengas tus finanzas personales, más a menudo podrás permitirte vacaciones como las que acabas de disfrutar.

Revisa tu presupuesto

Lo primero es repasar el estado de tus cuentas. ¿Cuánto te has gastado en estas últimas semanas? Haz números. Esta cifra te ayudará a ser consciente del dinero que ha salido de tu bolsillo, lo que siempre es positivo. Y por otro, te ayudará a plantear la mejor estrategia de cara a los próximos meses del año.

Considera cuál es tu presupuesto de gasto mensual y calcula en cuánto lo has excedido estas vacaciones. ¿No sabes de qué te estamos hablando? Pues entonces este momento es tan bueno como cualquier otro para que comiences a poner orden en tus finanzas personales. En definitiva, se trata de analizar a cuánto ascienden tus ingresos netos mes a mes y de qué modo deberías distribuir el gasto y el ahorro. Hay diversas estrategias al respecto, ya que depende en muy buena medida de la casuística. Pero en términos generales quédate con la idea de que deberías establecer unos porcentajes y ceñirte a ellos. Por ejemplo, un 50% de tu salario para gastos básicos; un 30% para gastos extra (ocio y caprichos); y un 20% para ahorro.

Una vez hecho esto, toca examinar qué ha sucedido estas vacaciones y hacer “informe de daños”. En el lado de los ingresos te dejamos incluir la paga extra si es que la tenías reservada para este fin. Pero en la otra cara de la moneda, sé justo y no olvides incluir todas las deudas en las que hayas podido incurrir: tarjeta de crédito, compras con pago aplazado, préstamos personales, etcétera.

Una vez tengas la foto global, toca apretarse el cinturón. Lo ideal es que en los próximos meses compenses el dispendio que has realizado hasta ahora. De lo contrario, puede que llegues con el agua al cuello a las próximas Navidades, un periodo que como sabes también es muy intensivo en gasto. Más vale prevenir que curar, así que sanea tus cuentas antes de afrontar el siguiente reto.

¿Cómo hacerlo? Muy sencillo. Si tu presupuesto mensual para ocio es de 1.000 euros y estas vacaciones has gastado 2.000, divide los 1.000 restantes en los meses venideros y reduce tu consumo en consonancia. Por ejemplo, puedes limitar el gasto superfluo a 750 euros de aquí a fin de año. Lo importante es que compenses en los próximos meses para que tus finanzas personales se reencaucen.

No dejes de ahorrar

Es muy posible que te sientas tentado de saltarte tu planificación de ahorro mensual para poder hacer frente a tus facturas. Si es así, te invitamos a reconsiderarlo. Lo ideal es que tus metas de ahorro impliquen un compromiso regular por tu parte y que ese compromiso no esté sujeto a excepciones. De lo contrario, puede que no cumplas con tu objetivo de disfrutar de una jubilación sin sobresaltos. O ahorrar para la entrada de una casa. O costear ese viaje de estudios al que quieres enviar a los niños.

El ahorro a largo plazo implica un compromiso por tu parte y por eso es útil que lo incluyas en tu planificación como un gasto más. De ahí la importancia de realizar aportaciones periódicas, es decir, transferencias automáticas que salgan de tu cuenta corriente a tu cartera de productos de inversión.

Lógicamente pueden surgir gastos inesperados que vayan más allá del porcentaje que tengas presupuestado, pero para eso es importante que hayas preparado previamente un buen colchón anti imprevistos, integrado por inversiones de bajo riesgo y elevada liquidez, al que puedas recurrir en caso de emergencia.

En resumen, lo que no es aconsejable es que compenses los excesos veraniegos reduciendo el porcentaje de ahorro en los meses siguientes. Es mejor que recortes tu presupuesto para gastos de ocio.

Además, te recordamos que si estás ahorrando para la jubilación y te interesan las ventajas fiscales que ofrecen los planes de pensiones, tienes hasta fin de año para tu hacer aportación al plan (hasta un máximo de 1.500 euros, que es el tope fijado por la ley).

Planifica de cara al siguiente verano

Si enderezar tu situación financiera se te hace muy cuesta arriba, incluso recortando el gasto, es importante que hagas propósito de enmienda. No se trata de que no disfrutes de tus vacaciones, pero sí de que lo hagas dentro de los límites que puedes permitirte. Y debes ser consciente de que si excedes esos límites, luego te tocará compensarlos en los meses posteriores.

Una buena opción es que, una vez hayas saneado tus cuentas, abras una hucha para tus próximas vacaciones veraniegas. De ese modo, podrás emplear el dinero ahorrado, en lugar de tener que compensar el gasto excesivo a costa de tu consumo futuro. Además, planificar el ahorro tiene una ventaja adicional y es que si además de reservar el dinero lo inviertes, estará trabajando para ti, y por tanto creciendo, hasta que llegue el momento de gastarlo.

Míralo de esta forma. Si vives por encima de tus posibilidades, lo más probable es que te toque endeudarte, con el consiguiente pago de intereses. Por tanto, dispondrás cada vez de menos dinero para gastar en el futuro, lo que a la postre, se traducirá en que te podrás permitir menos cosas.

Pero si optas por racionalizar el consumo y ahorrar el sobrante, el efecto será el contrario. Tu dinero crecerá hasta el momento en que lo necesites. De ese modo, ese gasto que estás posponiendo (ahorrar no es otra cosa que aplazar el gasto) te permitirá disfrutar en el momento más propicio, como puede ser el verano que viene, y además con un plus de rentabilidad que te dará todavía más juego.

Por ejemplo, si ahora en septiembre comienzas metiendo 100 euros al mes en una cuenta remunerada al 2,5%, el próximo agosto te encontrarás con 1.114 euros para sufragar tus próximas vacaciones. ¿A que es un buen plan?

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